La reforma educativa que promueve el Gobierno sacó ayer a la calle a
decenas de miles de personas en toda España y volvió a unir en una huelga
general por segunda vez en solo un año a todos los niveles educativos,
impulsada por profesores, padres y alumnos.
La sensación generalizada que movilizó ayer a unos y a otros es que el
modelo de escuela pública está en grave peligro, ese modelo que busca la
equidad e intenta compensar las desigualdades dando oportunidades a todos.
Las medidas de recorte fijadas el año pasado por el ministro José Ignacio
Wert consiguieron unir unas protestas que hasta entonces habían estado muy dispersas.
Los convocantes de la movilización, la Plataforma por la Escuela Pública ven el
proyecto (Lomce) como la otra cara de los recortes, que configurará un sistema
más barato que separa y selecciona en lugar de ofrecer una atención a la
diversidad, que es más cara. Además, el texto ha conseguido soliviantar a
muchos sectores por muchos frentes: por su apoyo a la Religión, a la enseñanza
concertada, por las subvenciones a los colegios que separan por sexo, o por el
fortalecimiento de la enseñanza en castellano en Cataluña.
La secretaria de Educación e Igualdad del Partido Popular, Sandra Moneo,
dijo ayer respetar la huelga, pero insistió en que sería una “verdadera
irresponsabilidad” no cambiar el sistema educativo actual y defendió la reforma
(Lomce) como la “gran oportunidad” para mejorar su calidad.
La Plataforma por la
Escuela Pública ya ha anunciado que, si la reforma sigue adelante, las
movilizaciones continuarán. Además, independientemente de lo que ocurra con la
ley, sigue estando muy presente en las aulas el otro gran motivo: los recortes.
El tijeretazo ha segado
ya más de 6.700 millones de euros de los presupuestos educativos desde 2010, lo
que se ha traducido en la pérdida de plantillas (60.000 profesionales) y, con
estas, en la desaparición de todo tipo de apoyos y refuerzos para los alumnos
con dificultades. En el ámbito universitario, se han endurecido los requisitos
académicos para conseguir y mantener las becas y se ha aumentado de manera
importante el precio de las matrículas, sobre todo, para los repetidores y en
los másteres. También está habiendo recorte de plantillas.
En ese contexto, los alumnos
tiraron con más fuerza ayer del paro e hicieron que este se sintiera en todo el
sistema. Miles de profesores también lo apoyaron, pero probablemente menos que
sus compañeros de movilización, castigados por el recorte de sueldo de en torno
al 15% y por la acumulación de huelgas en los últimos tres años.
La jornada de huelga de
ayer fue el colofón de dos semanas de movilización que han incluido centenares
de encierros, vigilias y otras protestas en centros escolares y facultades de
España.
Es impactante que haya personas como Sandra Moneo que defiendan esta nueva reforma educativa como una "gran oportunidad" cuando los aspectos que hemos visto en clase y por lo que hemos leído nos parece una barbaridad. Espero que se solucione esta situación...
ResponderEliminarPues si Pilar, es increíble que haya gente que quiera esa ley, pero bueno, es un país democrático y cada uno como siempre tira para su bolsillo(aunque esto sea una vergüenza). Esperemos que se arregle y que estas huelgas sirvan para algo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
un saludo.